Dios me regaló un día una hermosa y bella niña, con mucho carácter y decisión. Le gusta leer, te cuenta lo que lee y lo disfruta. Siempre está en casa, juega con sus muñecas, con su sobrinito.
La amo y le digo: gracias, Sabiduría, por alegrarme cada día con el sol de tu sonrisa. Besos!!!!
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